Aquí publicaré temas de psicoanálisis, cine, literatura. Algo de lo que veo y leo en nuestra ciudad
















jueves, 14 de enero de 2010

Los lapsus II

El psicoanálisis considera estos factores facilitadores, como  la fatiga o la distracción que colaboran en la producción de lapsus.
Los actos fallidos se acompañan en ocasiones de fenómenos secundarios que llaman nuestra atención. Cuando, por ejemplo, olvidamos temporalmente una palabra, nos impacientamos e intentamos recordarla, “la tenemos en la punta de la lengua”, la reconocemos en cuanto alguien la pronuncia. A veces los actos fallidos se encadenan: olvidamos una cita, nos hacemos el firme propósito de no olvidarla, y nos equivocamos en la hora al apuntarla en la agenda.
Es evidente que cuando cometemos un lapsus éste puede revestir múltiples formas, pues en lugar de la palabra justa podemos pronunciar otras mil inapropiadas, o deformarla de múltiples maneras. Así que cuando en un caso particular elegimos entre todos estos lapsus posibles, uno determinado, podemos preguntarnos si hay razones para pensar que se trata de una elección con sentido o se debe al azar. Es decir, si al examinar el error, éste tiene que ver con la vida del sujeto, o es una casualidad.
A todos nos ha pasado, o todos recordamos algún lapsus producido por un personaje público: modelo o político. Da igual si se trataba de “estar en el candelero o en el candelabro”, de aplaudir a los soldados de Honduras o Ecuador, los efectos de estos actos se nos aparecen con sentido, es decir, como un acto psíquico completo.
Hasta ahora, hemos hablado de actos fallidos y quizás de ahora en adelante, los debiéramos llamar actos correctos. Sólo que sustituyendo a los que esperábamos o nos proponíamos. Pero siempre revelando al sujeto algo de sí mismo a lo que no se puede llegar, lo inconsciente, y que sólo puede esperarse que se manifieste.


                                             
    

2 comentarios:

  1. Mónica,
    Me parece muy interesante cómo el inconsciente intenta expresarse constantemente, en los lapsus, en los sueños...
    Considero que estar receptivo, abierto a los fenómenos inconscientes es bueno para la salud mental. Muchas veces las personas no nos cuestionamos: ¿por qué me pasa esto?, ¿por qué he querido decir esto y me ha salido lo otro o por qué he comprendido esto de esta manera en lugar de otra?
    Esta tarde mismo, hablando con una amiga, he constatado que en la conversación que mantenía con ella se producían varios malentendidos. En concreto, recuerdo un par de ellos. Ella me transmitía unas ideas y, como las frases son polisémicas y tienen varios significados, yo quizás captaba otro significado distinto. Esto me ha parecido muy curioso.
    Cada palabra, frase que pronunciamos tiene múltiples significados. Creo que entre lo que uno dice y lo que el otro interpreta o recibe hay muchos matices. Esto me hace pensar también en la importancia de lo inter-subjetivo. Cuando dos o más personas se comunican, sus inconscientes actúan, tiñendo las comunicaciones.
    Un saludo Mónica,
    Víctor

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    1. Hola Victor! Siguiendo tus reflexiones... El inconciente se expresa siempre, lo que sucede es que no siempre estamos atentos. Como en el caso de tu amiga, seguramente en otras ocasiones hay malentendidos. Pero esta vez, quizas porque ultimamente has leido cosas, los escuchaste. Y a veces no es solo que el otro no nos entiende. Sino que tambien lo que decimos no es exactamentelo que pensabamos decir. Lo maravilloso es que nos producimos como sujetos en el momento mismo de hablar. Y esa es nuestra posibilidad de cambio, de crecimiento. Que somos "nuevos" cada vez.
      Un saludo

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