Pensemos en nuestra actitud respecto del trabajo. Podemos aspirar a un buen trabajo, desde el punto de vista económico, por ejemplo. Pero quizás nos es importante el horario, y sacrificamos un dinero por un horario que no nos "esclavice". O consideramos importante que esté cerca de casa, para no padecer atascos, horas punta, etc. Quizás no nos importen estas cosas, sino la posibilidad de promocionarnos. Quizás, entonces, continuamos nuestra formación, hacemos cursos fuera del horario de trabajo para poder progresar. Eso supone en muchos casos menos tiempo para la diversión, la familia o la pareja. Ahora pensemos en una pareja. No tienen, los dos, el mismo criterio. Uno se acomoda a lo que tiene: un trabajo estable, no muy creativo pero... ¡qué se le va a hacer! ¡Todo no se puede pedir!...Leer más:http://unapsicoanalistaenzaragoza.blogspot.com.es/2010_01_01_archive.html
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