Aquí publicaré temas de psicoanálisis, cine, literatura. Algo de lo que veo y leo en nuestra ciudad
















sábado, 16 de enero de 2010

Crecer también es una decisión




El horario es bueno, termina pronto... Sábados y domingos libres. El otro miembro de la pareja, en cambio, es más ambicioso. Su trabajo le gusta, puede aprender más. Así que hace cursos, acaba tarde. Y su trabajo incluye el sábado. Menos horas para la familia. Claro que comienza a ganar más dinero. Y se le plantea la alternativa: ¿Seguir o abandonar? La alternativa es seria, porque supone que deje de crecer. Lo que ocurre, la mayor parte de las veces, es que se renuncia al crecimiento. Así que la medida la pone el más "pequeño".
Pero podemos contemplar la situación desde otro punto de vista y preguntarnos: ¿por qué una persona renuncia a crecer? ¿Por qué por ejemplo, no aspira a un trabajo mejor, donde independientemente de las condiciones económicas pueda estar más a gusto como persona?
A veces estos problemas se plantean cuando estamos por cambiar de ciclo. De la primaria a la secundaria, del bachillerato a la universidad, de la universidad a... ¡quién sabe! Algunos estudiantes comienzan a tener problemas al acercarse el fin del ciclo educativo. La perspectiva del cambio les genera temor, y fracasan. Lo que sucede en estos casos es que si la cosa va a más, llegan a la consulta porque alguno de su casa, sus padres si es pequeño o adolescente, o él mismo, si ya es mayor, reconoce que no sabe qué le pasa. Y necesita aclararse. En el caso del comienzo la gente no suele consultar porque existe la creencia de que ser ambicioso no es bueno. O que si se generan conflictos, lo que se debe salvaguardar es la pareja, o la familia, cuando todos sabemos que el trabajo, teniendo en cuenta las horas que nos pasamos en él, es importante que sea satisfactorio. Y los años que dedicamos a la formación no son tantos y solemos hacerlo en la juventud. Por eso, quizás, más que en pensar en renunciar a nuestras aspiraciones, debemos revisar las actitudes que consideran que ya "han llegado", cuando se tienen menos de treinta años, por ejemplo. Como decíamos en el título, crecer es una decisión, y todos podemos tomarla.

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