El lunes pasado intervine en el ciclo La Psicología y la Literatura, organizado por la Asociación Aragonesa de Escritores y coordinado por Pilar Morós, psicóloga y escritora. El tema era " Del vacío existencial al despertar de los sentidos", a partir del libro de Antonio Gala, "La pasión turca". Vamos, que si la pasión, en su vertiente sexo puro y duro, puede o no solucionarte la vida. Tanto si se ha leído ellibro, o visto la película, se sabe que no. Pero como el personaje femenino tiene algunas esquinas interesantes,(que no fue sencillo descubrir), publico aquí el texto.
La sexualidad ocupa un importante lugar en esta historia. Así que comenzaremos por pensar un poco qué es la sexualidad. Lo primero que se me ocurrió es que se parece al dinero: padece el que no lo tiene. El que tiene dinero es el que dice: “no hace la felicidad” y el que no lo tiene dice: primero quiero tenerlo, para ver que no seré feliz. Cuando tienes trabajo, quieres que te realice, que te permita crecer etc. etc. Cuando no lo tienes… El que no tiene vida sexual, desea tenerla. Sufre si no tiene pareja, fija o eventual. Incluso puede mentir, fingir que tiene relaciones. Hay infinidad de chistes acerca de esto. Pero cuando tiene relaciones, ya no le alcanza con eso: quiere que sean satisfactorias.
Pero ahí se acaban los parecidos. Sin embargo, aún podemos sacar partido a esta comparación: el que tiene no tiene dinero, por ejemplo, puede conocer qué le dará una posición más desahogada: ve las casas que podría habitar, los coches que podría comprar, o le jamón que podría comer. Incluso, la educación que podría dar a sus hijos. El que no tiene vida sexual satisfactoria… no sabe qué es. Como es una experiencia tan individual… Es como si yo les dijera ahora qué es un beso: dos personas acercan sus bocas, tocan sus dientes, meten la lengua… se mezclan las salivas… Y no sigo, porque es… ¡un asco! La sexualidad, fuera del ámbito de la reproducción… ¡no sirve para nada!
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