Aprensión, escrúpulos. Muchas cosas de la
vida cotidiana nos producen sensaciones desagradables. Preferimos no tener que
entrar en contacto con ellas. Tener que ponernos una inyección, realizar la
cura casera de una pequeña herida.
Algunos alimentos, el tacto de la piel de una fruta. A veces la palabra
se usa para definir una persona: es muy escrupulosa. Y la vemos limpiar con
energía el cubierto que va a utilizar, o limpiar discretamente el sitio donde
va a sentarse. Muchos de estos actos nos parecen normales o los observamos con
cierta sorpresa. Si invitamos a alguien a casa, por ejemplo, no es agradable
que limpie su vaso antes de utilizarlo... Pero si fuimos avisados, lo
entendemos como un rasgo de cierta extravagancia, o manía: es que es muy escrupulosa. Estas personas sufren
bastante, porque viven en un mundo lleno de peligros, de gérmenes que intentan
colarse en su interior, virus y bacterias que intentan infectarlos, a merced de
los cuales estamos porque, en realidad, no les vemos aunque conocemos su
existencia.